El MDMA, también conocido como éxtasis, es una sustancia sintética que actúa en el cerebro aumentando los niveles de serotonina, dopamina y norepinefrina. Históricamente, el MDMA ha sido utilizado como una droga recreativa, pero en la última década ha surgido un creciente interés en su potencial terapéutico en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros trastornos relacionados con el trauma.

La investigación ha encontrado que el MDMA puede ayudar a reducir la ansiedad y el miedo asociados con el trauma, lo que puede permitir a los pacientes procesar y sanar el trauma de manera más efectiva. En un estudio reciente, el 67% de los participantes que recibieron MDMA como parte de su terapia para el TEPT mostraron una reducción significativa de los síntomas después de solo tres sesiones.

Cabe destacar que la administración de MDMA en un entorno terapéutico es muy diferente de su uso recreativo, y solo debe ser administrado bajo la supervisión de un profesional capacitado. El uso inadecuado del MDMA puede tener efectos secundarios graves, como la hipertermia, la hipertensión y la deshidratación.

La ketamina es un anestésico que ha sido utilizado en la medicina por más de 50 años. En los últimos años, se ha demostrado que puede tener un potencial terapéutico en el tratamiento de la depresión resistente al tratamiento convencional, así como en otros trastornos psiquiátricos como el trastorno de estrés postraumático y los trastornos de ansiedad. La ketamina es única en su capacidad para aliviar la depresión rápidamente, con una respuesta a menudo vista dentro de las primeras horas después de la administración. A diferencia de otros antidepresivos que pueden tardar semanas en mostrar efectos positivos, la ketamina puede producir mejoras significativas en el estado de ánimo en cuestión de horas. Sin embargo, aún se necesitan más estudios para comprender mejor su mecanismo de acción y su seguridad a largo plazo.

Un estudio publicado en JAMA Psychiatry en 2019 mostró que los efectos antidepresivos de la ketamina pueden durar al menos un mes después de la infusión, lo que sugiere que podría tener un efecto a largo plazo en el tratamiento de la depresión. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó la esketamina, una forma intranasal de ketamina, para el tratamiento de la depresión resistente al tratamiento convencional. La esketamina se administra bajo supervisión médica y solo está disponible en clínicas médicas especializadas en Estados Unidos.

La Ayahuasca es una bebida preparada por comunidades indígenas de la Amazonía, que se obtiene a partir de una mezcla de dos plantas: la ayahuasca misma (Banisteriopsis caapi) y la chacruna (Psychotria viridis). La ayahuasca se ha utilizado durante siglos en ceremonias religiosas y rituales de curación por su efecto psicodélico, que puede durar varias horas. Aunque no se ha investigado tanto como otras sustancias psicodélicas, se ha encontrado que la ayahuasca tiene potencial para tratar la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y el abuso de sustancias. La ayahuasca también puede tener un efecto positivo en el bienestar psicológico y espiritual, mejorando la autoaceptación, la empatía y la sensación de conexión con el mundo natural. Sin embargo, es importante destacar que la ayahuasca puede tener efectos secundarios negativos y debe ser administrada por personas capacitadas en un ambiente controlado y seguro.