Un estudio recientemente publicado en la revista “Nature” ha evaluado el potencial antidepresivo de la psilocibina, un compuesto presente en los hongos alucinógenos. Los investigadores llevaron a cabo dos ensayos clínicos para evaluar el impacto a corto plazo de la psilocibina en el cerebro de pacientes con depresión. El primer ensayo fue un ensayo abierto en el que se administró psilocibina oralmente (10 mg y 25 mg, 7 días de diferencia) a pacientes con depresión resistente al tratamiento. El segundo ensayo fue un ensayo controlado aleatorio doble ciego en el que se comparó la terapia con psilocibina con escitalopram.

 

En ambos ensayos, los pacientes que recibieron psilocibina experimentaron una respuesta antidepresiva rápida, sostenible y que se correlacionó con una disminución en la modularidad de las redes cerebrales medida por la resonancia magnética funcional (fMRI). Esto sugiere que el mecanismo de acción antidepresivo de la psilocibina podría depender de un aumento global en la integración de las redes cerebrales. Los análisis de cartografía de redes indicaron que las redes funcionales de mayor orden rica en receptores 5-HT2A se volvieron más interconectadas y flexibles después del tratamiento con psilocibina.

 

En comparación, la respuesta antidepresiva al escitalopram fue más leve y no se observaron cambios en la organización de las redes cerebrales. Los cambios en el cerebro relacionados con la eficacia observados en ambos estudios, que se correlacionaron con efectos antidepresivos robustos, sugieren un mecanismo antidepresivo para la terapia con psilocibina: un aumento global en la integración de las redes cerebrales.

Lee el estudio aquí.

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